Cuáles fueron los motivos por los cuales algunos activos obtuvieron mejores resultados que otros y dónde se encuentran las mayores ventajas.
La gran emisión monetaria a la que recurrieron las principales potencias del mundo para sortear el impacto de la pandemia, sumado al efecto en la cadena de suministro y suba de precios de los commodities que provocó el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, dieron lugar a un contexto de alta inflación a nivel mundial.
Para tener una perspectiva del efecto sobre la inflación, este gráfico muestra el nivel de precios general para Estados Unidos y Zona Euro:
Para lograr combatir esta tendencia al alza de la inflación, los principales bancos centrales del mundo utilizaron como principal herramienta la política monetaria: en los últimos 10 meses la tasa de referencia de Estados Unidos (Fed Funds Rate) subió desde 0,25% en febrero-2021 hasta 4,5% en diciembre-2022.
Este aumento de las tasas de interés busca generar un enfriamiento de la economía, disminuyendo el consumo y la inversión del sector privado, con el objetivo de bajar la inflación.
Dichos desequilibrios macroeconómicos llevaron a que 2022 haya sido un año de malos resultados para los tenedores de productos bursátiles tradicionales: Quienes invirtieron en bonos de USA de medio y largo plazo obtuvieron una pérdida del -25%, mientras quienes invirtieron en el índice de acciones S&P500, que agrupa a las principales empresas estadounidenses, sufrieron una baja de valor del -20%.
Y aquí es donde radica la clave: este nuevo contexto -un mundo de altas tasas de interés- brinda la posibilidad de aprovecharlas, prestando capital a corto plazo y obteniendo rentas periódicas.
Dentro de Estados Unidos el mercado de préstamos privados es muy grande. Estos préstamos generalmente se hacen a personas que pueden ofrecer un inmueble como colateral y registrable con hipoteca en primer grado, que es la más alta de las garantías posibles.
Las tasas de interés que recibe el inversor pueden ir del 8% al 10,5%. Los plazos de devolución del capital suelen ser cortos, –entre 12 y 24 meses– mientras que el interés es percibido de forma mensual.
Esta metodología sobresale en el contexto actual porque puede permitir la combinación de distintas ventajas: tasa de interés alta, corto plazo de devolución del capital -garantizado con hipoteca- y la seguridad jurídica que brinda un país como Estados Unidos.